Jorge Roncero
Usted lo ve en todos los programas de televisión y radio de cobertura nacional. Debe ganar bien. Habla mal de todo y de todos. Su historial es ejemplo de pleitos inevitables, Pasó de ser en poco tiempo un comunista recalcitrante a anticomunista, enemigo acérrimo del comandante Castro. Con Fox se volvió panista y estuvo en su campaña. Lo hizo Canciller. De inmediato se peleó con Santiago Creel y con Luis Ernesto Derbez, a muerte. Lo corrieron del gabinete. Sus enemigos lo catalogan como agente de la CIA, al servicio de Soros y le adjudican muchos periodicazos al actual gobierno federal en la prensa internacional. Joyita, pues.
Hace unos meses, después de destripar como candidato independiente a la presidencia porque no pudo con el paquete, hacía pedazos a Ricardo Anaya en los medios que podía. De traidor no lo bajaba. Ahora, ya se volvió su ¡coordinador de campaña! como lo oyen. Se presenta a los programas que tiene, pero para hablar bien del niño maravilla. Los que lo invitan: Leo Suckermann, Aguilar Camín, un niño de apellido Tello, todos iguales y con muchas caras e intereses evidentes, le hacen segunda en horario que se supone plural, para despotricar todos juntos en contra de los demás candidatos. De seguro, hay dinero de por medio y ya están planeando el futuro sexenal.
Ahora ya está yendo al debate de los partidos en la televisión nacional en representación de Anaya. Desbancó al limitado Damián Zepeda, el Presidente Nacional del PAN que empinó al candidato del mal llamado Frente. Ahora habla como Anaya, le da voz propositiva para exponer su proyecto de gobierno, pero resulta que es el mismo que daba a conocer cuando Vicente Fox era candidato. Lo sacó del baúl de los trebejos para ganarse una lanita, para ponérselo al pobre niño maravilla que ya no sabe que proponer y anda de reventón en reventón creyéndose disc jockey como adolecente inquieto que es.
¿Qué tal el personaje de marras? ¡Que lo amarren o que lo operen!
Su historia personal marca que lo habrán de correr pronto y tendrá que volver a la Arena México, al deporte del pancracio, para encarnar nuevamente su personaje favorito:
¡Mil Máscaras!
