19 de abril de 2024

Danza

Manuel Zepeda Ramos/GMx

Córdoba es una ciudad del estado de Veracruz, ahora integrante del corredor Córdoba-Orizaba, región altamente trabajadora en la industria de la transformación, así como en la producción de el café y la caña de azúcar. Se encuentra enclavada en la orilla de la Sierra Madre Oriental, al sur del estado de Veracruz, en su macizo montañoso teniendo como testigo perenne al Pico de Orizaba.

La Ciudad de los Treinta Caballeros, así también conocida, es ahora una ciudad emblemática de la historia, la cultura y el conocimiento. El 24 de agosto de 1821 se reunieron en la Ciudad de Córdoba Agustín de Iturbide, Jefe del Ejército Trigarante y Juan de O’Donojú, último Virrey de la Nueva España, para firmar los Tratados de Córdoba mediante los cuales se daba fin a la Guerra de Independencia. Córdoba ha sido capital de Veracruz tres veces, de 1916 a 1920, en los gobiernos de Rafael Aguilar, Adalberto Palacios y Candido Aguilar. Es cuna de grandes escritores de prestigio Universal: Jorge Cuesta, enorme poeta y químico, feroz crítico literario de su época y miembro importante de “los contemporáneos”, ese grupo de jóvenes intelectuales integrado por Jaime Torres Bodet, Bernardo Ortiz de Montellano, Carlos Pellicer, Salvador Novo,  Gilberto Owen, José Gorostiza y Javier Villaurrutia que tanto talento, conocimiento y creatividad aportaron al México contemporáneo.

Rubén Bonifaz Nuño, helenista de prestigio Universal, hijo de telegrafista que por ese motivo viviera en algún lugar de Chiapas en su niñez, doctor en Letras Clásicas por la UNAM, gran poeta y, al igual que Jaime Sabines y Eraclio Zepeda, Premio Nacional de Artes.

Emilio Carballido, el más grande dramaturgo de las letras mexicanas. Sus obras perdurarán para toda la vida y sus montajes traerán alegría y goce a las próximas generaciones.

Tuve la dicha y el honor de conocer y convivir con Rubén Bonifaz Nuño y con Emilio Carballido. Ya no están acá.

De Córdoba han sido cuatro los rectores que ha tenido la Universidad Veracruzana: el doctor Manuel Suárez Trujillo, rector fundador, así como el doctor Fernando Salmerón Roiz, el licenciado Hector Salmerón Roiz y el doctor Victor Arredondo Álvarez.

Córdoba es rica en personajes que han hecho historia.

También de Córdoba es Martha Zahagún. Pero no confundir: hablo de Martha Elena Sahagún Morales de Perdomo, bailarina y maestra de ballet que pusiera su escuela de ballet clásico hace poco más de 10 años en Córdoba y cuyos resultados han asombrado a los especialistas de la danza de el Planeta, así como a la prensa nacional e internacional. Al día de hoy, los alumnos de Martha, a poco más de 10 años de distancia, están triunfando en las grandes compañías de danza de Europa y Estados Unidos y/ o son alumnos destacados de las mejores escuelas de danza de esos lugares.

Emprendedora incorregible -requisito necesario e insustituible para buscar resultados de gran dimensión-, la maestra Sahagún no escatimó ningún esfuerzo para hacer una escuela de excelencia. Se llevó a Córdoba a varios maestros cubanos de danza clásica, reconocidos en el ambiente internacional y se puso a trabajar. Desgraciadamente, el grupo de principio estaba disparejo: había pocos hombres, motivado por el temor infundado de los padres de la clase media cordobesa acerca de que la danza provoca el desarrollo de tendencias homosexuales lo que impedía que el trabajo dancístico de pareja tuviera un desarrollo como el que se había planeado. Preocupada, Martha se fue a las zonas depauperadas de la ciudad, a la periferia de Córdoba, a buscar bailarines hombres. Habló con sus padres y en sus escuelas, les explicó la importancia de la danza y la participación de los jóvenes varones en su desarrollo, comprometiéndose a ir por ellos a sus casas, llevarlos a la escuela, recogerlos, darles de comer, llevarlos al estudio a ensayar para regresarlos después a sus casas para descansar y estar listos para el otro día. Los padres accedieron y Martha cumplió. Cuando vino el primer festival internacional de danza en Córdoba, que ya se volvió un festival al que acude mucho público de diferentes partes del país y el extranjero, los resultados aparecieron de inmediato. La escuela empezaba a producir futuros bailarines que, poco a poco, empezaron a interesar a los observadores que acudían al festival. Las escuelas del extranjero becaron a los alumnos de Martha y ellos partieron a continuar sus estudios profesionales.

El alumno de Martha Sahagún, Juan Manuel Fernandez Vera, cuando era niño, aspiraba a ser abonero de las tiendas de muebles de Córdoba, como su padre a quien admira profundamente, para andar en moto por las calles de su ciudad. Pero hoy la cosa es diferente. Varias escuelas de ballet -tres en Estados Unidos y una en España-, quieren llevárselo  para que se convierta en una figura de la danza. Lo comparan ya con Carlos Acosta, cubano, estrella del Royal Ballet, que comenzó a bailar en escuelas que le daban cobijo, beca y comida y que ahora es un triunfador de fama mundial.

Hasta ahora yo sabía que en Pumitas o en la escuela canterana de Pachuca habían cosas parecidas, ¡Pero en el futbol! Nunca en un desarrollo artístico de gran prestigio como es la danza clásica.

Si Martha no hubiera aparecido en la vida de Juan Manuel, seguramente andaría en moto por las calles de Córdoba, buscando el pago de los abonos por los muebles. Ahora tiene un futuro muy halagador por delante, inimaginable.

Me viene a la memoria Isaac Hernandez, mexicano de Jalisco, que ya es considerado el mejor bailarín de Clásico del mundo. Le acaban de otorgar en Rusia el Prix Benois de la Danse -Premio Benois de la Danza-, equivalente al Óscar de la danza clásica. Se lo dieron, ni más ni menos, que en el teatro Bolshoi de Moscú.

Isaac ya ha sido el primer bailarín en don Quijote, en el English National Ballet -en donde es el bailarín principal-, dirigido por el ruso Mikhail Baryshnikov, el más grande bailarín de todos los tiempos.

¿Por qué cuento todo esto?

Porque Martha Elena Sahagún Morales de Perdomo, mi amiga de muchos años, me acaba de comunicar que vendría con mucho gusto a Chiapas a poner una extensión de su escuela de Ballet Clásico, que tendría sin duda los mismos resultados obtenidos  en su experimento de poco más de diez años.

¿En qué lugar podría quedar?

No dudo ni un segundo: pienso en Comitán, porque pienso en el gran teatro, espléndido teatro construido por la UNACH que no se usa y en donde, al fin descentralizada, podría desarrollar una escuela de danza que debe estar dentro de sus obligaciones. Además, daría cabida a muchos indígenas Tojolabales, quien quita que en dos décadas miremos a nuestros paisanos triunfando por el mundo. Sería además, su Festival Internacional de Danza, un atractivo muy interesante para el desarrollo del turismo cultural que convocaría a los muchos habitantes de la hermana república de Guatemala, los mismos que van a Comitán a comprar a las tiendas departamentales allí instaladas.

Es la gran ventaja de tener muchos teatros en Chiapas que no se usan. Llegó el momento de ponerlos en movimiento.

Chiapas empezará a hablar de danza clásica, en serio. Un sueño acariciado por muchos chiapanecos.

Ya veremos.

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Ensalada de Grillos: El día está cerca

Ciro Castillo Millones de anuncios por televisión, radio, Internet, bardas y espectaculares y mucha gente todavía se pregunta por quién votará el próximo 2 de

La Feria: Jorobados

Sr. López Tío Lucio era capaz de desesperar a San Francisco de Asís. Tía Olga, su esposa, lo aguantó cuanto pudo hasta que le pidió

La Feria: Cuidados intensivos

Sr. López La abuela Elena, la paterna, la de Autlán, casi recién casado su hijo, le dijo a su flamante nuera: -No lo celes, si