16 de abril de 2024

Ganó Meade

Manuel Zepeda Ramos

Si el debate presidencial es una muestra propositiva de hacia donde queremos que el país vaya en boca de los que van a estar en la boleta el primer domingo de julio, José Antonio Meade, sin duda, fue el ganador indiscutible.

No podía ser de otra manera.

Pepe Meade nos tiene acostumbrados en el desarrollo de su campaña a llevar siempre en sus alforjas propuestas coherentes y efectivas para que nuestro país avance. Además, las dice fácil, realista y coherentemente planteadas, siempre serio, sin aspavientos, con seguridad pasmosa.

Se le nota el trabajo al servicio de México que ha desarrollado durante años en puestos en donde la toma de decisiones es asunto de la vida cotidiana. José Antonio Meade sabe lo que dice porque lo ha vivido y lo ha puesto en práctica.

Quién duda a estas alturas de la campaña, por ejemplo, que ya es el candidato absoluto de las mujeres de México? Sus propuestas en torno a ellas son altamente significativas e importantes. Las mujeres de México ya lo saben.

En este primer debate, sobre política y gobierno, en donde se tocaron temas complicados de seguridad y violencia, de combate a la corrupción y a la impunidad, de democracia, pluralismo y grupos en situación de vulnerabilidad, José Antonio Meade hizo propuestas de la mayor importancia para el futuro inmediato de la nación.

Hay que apostar a la certidumbre. Cierto. Su propuesta del trípode en donde descansa el combate al delito: prevención, disuasión, y código penal único resulta impecable. Tenemos que reconstruir a las comunidades y fortalecer las estrategias que impidan la llegada de los delitos. Cierto. La unificación del código penal en las entidades federativas habrá de permitir el combate unificado del delito. Otra vez cierto y otra vez impecable: el código penal único debe ir de la mano de una agencia de investigación especializada para unificar científicamente el combate al delito. Un problema grande de Mexico, la desigualdad, tendrá que ser abatida. “Avanzar Contigo” habrá de acercar al pueblo los beneficios para salir adelante. Avanzar Contigo habrá de acabar con el clientelismo, que ha dañado el combate a la pobreza.

La 7 de 7 se está convirtiendo en un dolor de cabeza, muy serio, para los adversarios de Meade: implica que el patrimonio coincida con la declaración, coincidencia necesaria e impostergable para quienes aspiren a representar al Poder Ejecutivo durante seis años. Ahí, los adversarios pasan aceite, al menos los que forman parte de las coaliciones. Uno, Andrés Manuel, no declara lo que tiene y el otro, Ricardo Anaya, su tres de tres no coincide con lo que tiene ni con lo que gasta. Los dos, campechanamente, se hacen los distraídos y sencillamente, de cara a la nación -eso es el debate-, se hacen pijijis con una cara dura impresionante.

La congruencia de lo que se dice y lo que se hace, al final de cuentas, habrá de ser la gran separación entre quién puede y demuestra y quién no. La congruencia habrá de ser el fiel de la balanza.

Ayer volví a oír en el debate las propuestas de Meade como lo que son: propuestas viables y honestas, que las hace un mexicano que es capaz, que se ha preparado para ello y que ama a nuestro país. Demostró a la nación que se puede ser un servidor público honesto y honrado.

Andrés Manuel me preocupa. Lo vi cansado y harto, que se refleja en la manera de expresarse. Sobre la amnistía a los delincuentes, ni quiso hablar. Repite el mismo discurso desde que inició la búsqueda de la presidencia hace casi dos décadas que a nosotros los ciudadanos también nos harta. Denota que no lee; tal vez le da flojera actualizarse o piensa que sus dichos ya son parte de su discurso para redimir al país, que es más grave. Alguien dirá que para qué, si ya lleva mucha delantera. La historia demuestra que por sobrado y arrogante los electores lo han abandonado.

Ricardo Anaya es un gran actor. Sabe mentir sin que se le mueva un músculo de la cara, como Kirk Douglas en Duelo de Titanes, allá en el viejo oeste. Me lo imagino en una obra de teatro -melodrama debe ser-, en donde le lava el seso a su patrón para después quitarle todo lo que tiene. Anaya le miente al país, como le ha mentido a su partido -algo debe de quedar del PAN-, como le ha mentido con quienes ha trabajado. Solo en el asunto de la nave industrial y el lavado de dinero no ha podido. El pueblo ya razonó y lo acusa tácitamente. Ricardo Anaya deberá cargar ese fardo hasta el día de la elección. Ya es parte de su piel.

Ayer se pronunció un senador perredista a favor de Meade.

Ayer también, Ríos Pitter se sumó a su campaña junto con todos sus seguidores que no son pocos.

Antier un gobernador, también perredista, no dudó en pronunciarse a favor de Meade.

La tendencia augura que así va a ser en los próximos días, de facto o tácitamente, con mexicanos de otros partidos.

Los militantes inteligentes del PRD ya se dieron cuenta que el Frente que encabeza Ricardo Anaya anda de cabeza en su oferta de cambiar a México. En la repartición del botín electoral, los ganones fueron Anaya y Delgado, nada más. Hay enojo en todo el país.

El primer domingo de julio se juega el destino de Mexico.

El PRI y sus aliados no se equivocaron al elegir a un candidato ciudadano, honrado y decente, que sabe mucho de administración pública de nuestro país porque la ha puesto en práctica.

Pepe Meade ya ha caminado mucho en torno a la administración de México.

¿Usted, a qué candidato le confiaría la seguridad de su familia?

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