29 de marzo de 2024

Prohíben nalgadas como medida disciplinaria en Coahuila

Por varias generaciones, la nalgada ha sido vista como una manera de corregir el comportamiento de un menor de edad. Sin embargo, con el avance de estudios que registran los daños psicológicos en niños, la nalgada y otros métodos de castigo corporal han comenzado a caer en la mira de los órganos legislativos estatales.

En Coahuila, por ejemplo, desde hace tres años viene expreso en las leyes estatales que los padres de familia tienen la facultad de educar a sus hijos “de una manera prudente y moderada”. Aunque de acuerdo a la Ley para la Familia de Coahuila, en su artículo 413, “en ningún caso esta facultad implicará cualquier forma de maltrato.”

Lo que no estaba claro, y que ahora es fuente de polémica entre la opinión pública, es que la tradicional nalgada puede ser considerada como maltrato infantil. El titular de la Procuraduría para Niños, Niñas y la Familia del estado (Pronnif) dijo:

«La nalgada es producto de violencia, entonces de ahí que cualquier acto que vaya pendiente a infligir algún tipo de violencia física o psicológica, está considerado como violentar al niño.

En caso de infringir dicha ley, una persona acusada de maltrato infantil podría terminar frente a un juez cívico y esto incluye el acto de disciplinar a un niño con nalgadas.

En su artículo 4, numeral XVIII, la Ley del Sistema Estatal para la Garantía de los Derechos Humanos de Niños y Niñas también expresa que todo menor tiene derecho “a una vida libre de violencia, a la integridad, la libertad y la seguridad.”

Según especialistas de la Universidad de Texas en Austin y la Universidad de Michigan, las nalgadas como método disciplinario pueden ser casi tan dañinas como otros tipos de maltrato (golpear a un niño).

A corto plazo, una tunda puede afectar la relación entre un padre y su hijo y desembocar en depresión, aumento de agresividad y baja auto-estima. A largo plazo, el castigo corporal puede terminan en alguna enfermedad mental, ansiedad y comportamiento antisocial. Además, aquellos padres que fueron azotados en su infancia son más proclives a emplear métodos similares para castigar a sus hijos.

vía Noticieros Televisa

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