24 de abril de 2024

¡Barrer! : La Feria

Sr. López

Tía Fraga se llamaba Sufragio (su papá era un jacobino ateo irreductible). Su marido era infiel de tiempo completo y ella lo toleraba, resignada. Pero una vez casi lo mata con la tranca de la puerta del zaguán poniendo punto final a su matrimonio, porque su maridito, incapaz de levantar un popote, se ofreció para ayudar a mudarse de casa a una sobrina de ella, joven y rutilante viudita. Así, cuando algo grave puede suceder, dicen en la familia: -¡Que se entere Fraga! –ni Dios lo mande.
Marcos Willians Herbas Camacho, ‘Marcola’, es uno de los delincuentes más famosos del Brasil. Nació en 1968, está preso como ha estado más de la mitad de su vida. Él manda en las favelas (barrios bajos), es fundador y líder de la banda criminal “Primeiro Comando da Capital” (PCC), a la que pertenecen unos 130 mil reos, aparte de 10 mil miembros en la calle. Es poderoso, temido y muy inteligente; dice haber leído tres mil libros.
El 23 de mayo de 2006, el diario O Globo publicó una entrevista con él, aunque hay quien lo duda. Igual es interesante. Unos ejemplos:

Pregunta O Globo (OG): ¿Usted es del PCC?
Respuesta de Marcola: Más que eso, yo soy una señal de estos tiempos. Yo era pobre e invisible. Ustedes nunca me miraron durante décadas y antiguamente, era fácil resolver el problema de la miseria. El diagnóstico era obvio: migración rural, desnivel de renta, pocas villas miseria, discretas periferias; la solución nunca aparecía… ¿Qué hicieron? Nada… Nosotros sólo éramos noticia en los derrumbes de las villas en las montañas… Ahora somos ricos con la multinacional de la droga. Y ustedes se están muriendo de miedo. Nosotros somos el inicio tardío de su conciencia social.

OG: Pero la solución sería…
Marcola (interrumpiendo): ¿Solución? No hay solución… La propia idea de solución ya es un error. ¿Ya vio el tamaño de las 560 villas miseria de Río?… ¿Solución, cómo? Sólo la habría con muchos millones de dólares gastados organizadamente, con un gobernante de alto nivel, una inmensa voluntad política… que saltase por sobre la parálisis burocrática secular… implicaría una mudanza psicosocial profunda en la estructura política del país. O sea: es imposible. No hay solución.

OG: ¿Usted no tiene miedo de morir?
Marcola: Ustedes son los que tienen miedo de morir, yo no. Mejor dicho, aquí en la cárcel ustedes no pueden entrar y matarme, pero yo puedo mandar matarlos a ustedes allá afuera. Nosotros somos hombres-bomba…. somos una nueva especie, ya somos otros bichos, diferentes a ustedes. La muerte para ustedes es un drama cristiano en una cama, por un ataque al corazón. La muerte para nosotros es la comida diaria, tirados en una fosa común… mis soldados son extrañas anomalías del desarrollo torcido de este país. (Somos) una especie de post-miseria. Eso, la post-miseria genera una nueva cultura asesina, ayudada por la tecnología, satélites, celulares, internet, armas modernas. Es la mierda con chips, con megabytes.

OG: ¿Qué cambió en las periferias?
Marcola: …Nosotros, que ahora tenemos… ¿usted cree que quien tiene 40 millones de dólares como Beira Mar (Fernando Beira Mar, un capo de allá), no manda? Con 40 millones de dólares la prisión es un hotel, una oficina… ¿Qué policía va a quemar esa mina de oro, entiende?… Ustedes son el estado quebrado, dominado por incompetentes. Nosotros tenemos métodos ágiles de gestión. Ustedes son lentos, burocráticos… Nosotros no tememos a la muerte. Ustedes mueren de miedo… Ustedes tienen la manía del humanismo. Nosotros somos crueles, sin piedad. Ustedes nos transformaron en «super stars» del crimen. Nosotros los tenemos de payasos.

OG: ¿Qué debemos hacer?
Marcola: Les voy a dar una idea, aunque sea en contra de mí. ¡Agarren a los barones del polvo! Hay diputados, senadores, empresarios, hay expresidentes en el medio de la cocaína y de las armas… Estoy leyendo ‘Sobre la guerra’, de Klausewitz, no hay perspectiva de éxito. Nosotros somos hormigas devoradoras, escondidas en los rincones… Para acabar con nosotros… solamente con una bomba atómica en las villas miseria. ¿Ya pensó? ¿Ipanema radiactiva?

OG: ¿No habrá solución?
Marcola: Ustedes sólo pueden llegar a algún éxito si desisten de defender la “normalidad”. No hay más normalidad alguna. Ustedes deben hacer una autocrítica de su propia incompetencia… Estamos todos en el centro de lo insoluble. Sólo que nosotros vivimos de él y ustedes no tienen salida. Sólo la mierda. Y nosotros ya trabajamos dentro de ella… no hay solución. ¿Saben por qué? Porque ustedes no entienden ni la extensión del problema. Como escribió el divino Dante: “Pierdan todas las esperanzas”. Estamos todos en el infierno.
Marcola, frente a los delincuentes de acá, es un bebé de brazos: su “terrible” revuelta del 12 de mayo de 2006, costó la vida de 141 policías brasileños y 4 civiles; acá hay 90 homicidios diarios. Y los 40 millones de dólares del Beira, son una cifra de niños en el recreo ante las fortunas de nuestros cárteles.
En la entrevista se señala el único camino: atrapar a los verdaderos barones de la droga (políticos, empresarios y banqueros). Coincide con César Gaviria, expresidente de Colombia.
Tenemos lo obvio en las narices: es imposible la existencia de una industria internacional clandestina, con miles de empleados, miles de vehículos, exportando droga e importando armamento y lo más difícil: manejando miles de millones haciendo transferencias internacionales y operaciones financieras. Y esa complejísima operación a cargo de gañanes bota punta-para-arriba que apenas escriben su nombre: imposible. El mal está arriba, muy arriba: políticos, empresarios y banqueros, nacionales y extranjeros.
La indignación por el asesinato de dos sacerdotes, perdone usted, es solo escándalo mediático, no cambia nada. Este gobierno federal ya queda descartado como parte de la solución. El siguiente Presidente debe aceptar que México está en riesgo real de que la delincuencia de altos vuelos controle el aparato de gobierno nacional. Hay que barrer políticos, empresarios y banqueros, pero ¡barrer

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