Elementos de la Marina y del Ejército se desplegaron en los municipios de Moloacán e Ixhuatlán del Sureste, Veracruz, ante la llegada de al menos 500 migrantes provenientes de Nicaragua, Guatemala y Honduras, entre los que iban mujeres, niños y bebés.
Los migrantes caminaron por las vías del tren y llegaron por la mañana a las comunidades cercanas como El Chapo, El Túnel y el rancho El Bronce, donde fueron interceptados por autoridades migratorias.
Algunos migrantes decidieron atender el llamado de las autoridades, cansados de la caminata, pero la mayoría optó por continuar su camino, sólo que fueron interceptados kilómetros adelante.
Este grupo se dividió de la caravana migrante que tomó la ruta de Oaxaca, pues aseguraron que las condiciones son más difíciles; su plan es llegar a Coatzacoalcos.
Hubo tensión entre los pobladores que temían reacciones y altercados entre los migrantes y las fuerzas de seguridad.
Para interceptar al grupo que pretendía continuar su camino hacia Coatzacoalcos, llegaron refuerzos del Ejército Mexicano, Guardia Nacional y Seguridad Pública para contener el avance, ya que estaban a punto de ingresar a Ixhuatlán.
En la congregación El Chapo, las fuerzas de seguridad montaron un cerco, mientras tanto, el personal del Instituto Nacional de Migración llegó hasta Moloacán para convencer a los migrantes de no continuar su trayecto.
En Coatzacoalcos hay albergues que están preparados para recibir a los viajeros; los encargados aseguraron que le darán prioridad a las mujeres y a los niños.
Por: Excélsior
