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Cuando se profundizó más la corrupción y la desigualdad fue en los periodos de crisis, como éste, porque se aprovecharon. Bancos quebrados, banqueros ricos. Empresas quebradas, empresarios más ricos.
Así justificó el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, el nulo apoyo para las medianas y grandes empresas, quienes tendrán que enfrentar solas la crisis que ha generado la pandemia del COVID-19, sin olvidar la caída en la baja del petróleo y el derrumbe del peso frente al dólar.
Reiteró, un día después de su informe trimestral, que no condonará ni pospondrá el pago de impuestos como IVA e ISR, a pesar de que organismos como la Coparmex y la Concacaco han expresado su preocupación porque podría haber cierre de empresas, además de despido de personal apenas en el primer mes que dure la cuarentena por el nuevo tipo de coronavirus.
2 millones 100 mil créditos, 22 millones de beneficiarios, 2 millones de empleos, dijo que incluirá su plan de ayuda para afrontar los efectos de la emergencia sanitaria por el COVID-19 y criticó a quienes no vieron estas cifras durante su informe que presentó el domingo en Palacio Nacional.
Durante su conferencia matutina, el tabasqueño parafraseó que el modelo neoliberal del mundo se ha caído y la crisis que ha generado la pandemia lo único que hizo es empujarla o acelerarla.
Nosotros ya sabíamos, dijo, antes de presumir de nuevo el plan de gobierno en el que se prioriza la entrega de programas sociales como becas para estudiantes, apoyos para adultos mayores, jóvenes construyendo el futuro y siembra de árboles.
López Obrador recriminó al Banco Mundial, Fondo Monetario Internacional y hasta la ONU por que no han intervenido de mejor manera con cooperación para el desarrollo para hacer frente a la crisis que está generando y generará el COVID-19.
