20 de abril de 2024

Existen indicios de que plasma de expacientes COVID puede salvar a otros

Vía: APNews

EUA.- Investigadores de la Clínica Mayo informaron de fuertes indicios de que el plasma sanguíneo de sobrevivientes de COVID-19 ayuda a otros pacientes a recuperarse, pero no dieron una prueba concluyente, y algunos expertos se preguntan si algún día se llegará a tener una respuesta irrefutable.

Más de 64 mil pacientes en Estados Unidos han recibido plasma convaleciente, un procedimiento de un siglo de antigüedad que se utilizó para ayudar a no padecer la gripe y el sarampión antes de que aparecieran las vacunas respectivas. Es un método al que se recurre cuando aparecen nuevas enfermedades, y la historia deja entrever que funciona contra algunas infecciones, pero no todas.

Aún no hay evidencia sólida de que el plasma sirva para combatir el coronavirus y, de ser así, cuál sería la mejor manera de utilizarlo. Sin embargo, información preliminar de 35 mil pacientes de coronavirus atendidos con plasma brinda lo que el principal investigador de la Clínica Mayo, el doctor Michael Joyner, dijo el viernes que son “indicios de eficacia”.

Hubo menos muertes entre las personas que recibieron plasma a más tardar tres días después del diagnóstico, y también entre quienes se les dio plasma con los niveles más altos de anticuerpos que combaten el virus, informaron Joyner y sus colegas.

El problema es que no fue un estudio formal. Los pacientes fueron atendidos de diversas formas en hospitales en todo el país como parte de un programa de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) diseñado para agilizar el acceso a terapias experimentales. Este programa llamado de “acceso ampliado” da seguimiento a los efectos obtenidos en los beneficiarios, pero no puede demostrar que el plasma —y no otros cuidados recibidos— fue la verdadera razón de la mejoría.

Estudios rigurosos en marcha en todo el país están diseñados para obtener esa evidencia, mediante la comparación de pacientes similares escogidos aleatoriamente para suministrarles plasma o una infusión placebo además de la atención ordinaria. Sin embargo, esos estudios han sido difíciles de completar debido a que la presencia del virus aumenta y disminuye en diferentes ciudades. Además, algunos pacientes han solicitado plasma en lugar de aceptar su inclusión en un estudio en el que podrían darles un placebo.

“Durante 102 años hemos estado debatiendo si el plasma convaleciente funciona o no”, dijo la doctora Mila Ortigoza, de la Universidad de Nueva York, en referencia al que se utilizó durante la pandemia de gripe de 1918. Esta vez “realmente necesitamos una prueba irrefutable”.

Ortigoza codirige uno de esos estudios, que esta semana se está ampliando a otros tres estados: Connecticut, Florida y Texas. Su equipo también está trabajando para compartir información con otros ensayos clínicos en otras regiones, con la expectativa de encontrar respuestas más rápidamente.

“Hay preocupación en torno a cuándo habrá una respuesta clara”, señaló el doctor Jeffrey Henderson, especialista en enfermedades infecciosas de la Universidad Washington en San Luis.

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