23 de abril de 2024

La Feria: Agua y ajo

Sr. López

La prima Pipa (muy pocos y selectos sabían su nombre verdadero: Popea, la pobre). Bueno, la Pipa fue para decirlo caritativamente, “de faldas ligeras” (de sus prendas íntimas, mejor no hablar); el asunto era que su alcoba parecía el Zócalo en día de desfile, lo que a nadie importa porque muy su casa. Lo que era una lata era su eterno quejarse de su “mala suerte” con los hombres, echando “la culpa” a sus ya difuntos papás, que le habían hecho cisco la vida (cosa rigurosamente cierta), hasta que hartó a la tía Victoria, ella sí campeona mundial en colección de colchones, de mente clara y lengua muy temida en Toluca, quien un día la paró en seco: -¡Niña! -andaba por los 40-, las güilas sufridas son muy aburridas… y si aguantaste a tus papás fue para heredar, ya estuvo bueno –y tan tan.
No sé ahora, pero los vampiros de antes (Bela Lugosi, ‘Drácula’,1931; o Christopher Lee, ‘El horror de Drácula’,1958), con ponerles frente a las narices una cruz bendita, se hacían polvo, sin necesidad de estaca en el corazón ni nada: la cruz y ¡el que sigue!
A veces, con perdón de usted, este López piensa que el tenochca estándar, nosotros los del pedaje simplex, somos parecidos, nomás que no es la santa cruz lo que nos podría aniquilar, sino la verdad. Así, a lo pelón, no se ofenda, pero si en nuestra risueña patria, por un portento divino, nadie pudiera mentir durante unos cinco días seguidos, no queda piedra sobre piedra.
Imagine usted el borlote que se iba a armar si ningún político ni gobernante pudiera engañar, inventar posverdades ni fingir del lunes que viene al viernes: ¡Krakatoa, al este de Java!, ¡la caída del imperio Romano!, ¡el Diluvio!, ¡Atila a las puertas de Roma!… sí, nomás piense qué pasaría si nos enteráramos, así, de golpe y porrazo, de lo que realmente pasó en el 68, en el 71, en el rescate bancario de 1994, en las elecciones del 2000 (que no ganó don Chente, que es distinta la autoderrota que don Zedillo le recetó al PRI, que perder a las derechas, como acaba de suceder este 1 de julio), o en la firma del Plan Mérida. Piense qué tan adentro del Golfo, del océano Pacífico, de los EUA y Centroamérica, iban a llegar los escombros de la nación si se ventilaran a los cuatro vientos las verdaderas cuentas de Hacienda, las de algunas grandes centrales sindicales, partidos políticos y gobiernos estatales… todo se derrumbaría, nomás de pensarlo a este su texto servidor hasta el aliento le sabe a hiel.
Eso, si solo políticos y gobernantes sufrieran un ataque fulminante de veracidad, pero como la pesadilla es que NADIE podría mentir cinco días al hilo, ahora imagine los secretitos de que nos íbamos a enterar de parte de la banca y la Bolsa; de algunos esforzados jóvenes dedicados al “outsourcing”; de varios señores del alto clero (no todos ni tantos, pero sí unos cuantos y de dar asco); de ciertas empresas (para abrir boca, las mineras, que con lo de Pasta de Conchos da para un alzamiento popular), y pero-por-supuesto, también una que otra ONG, acompañadas por esos rumbosos propietarios de la ética pública nacional, que ya exhibidas sus vergüenzas no serían aceptados ni en el club “Amigos de Calígula”… por pasados.
Y antes de que se le acabe de dibujar en el rostro esa sonrisa sádica, se le recomienda haga usted examen de conciencia, porque ya quedamos: nadie se escaparía de la verdad… sus impuestos… aquella comadre… esas fotos en su celular… los aretes que no perdió la abuela y se quedaron en el empeño… haga memoria.
Si lo duda, si piensa que este junta palabras exagera otra vez, recapacite en que la corrupción y la llamada con toda propiedad, delincuencia organizada, males tan difíciles de erradicar, son absolutamente imposibles sin la complicidad de políticos, sí, de gobernantes, claro, pero también de banqueros, “casas de bolsa”, “empresarios”, prestanombres, notarios con miopía incurable, y tantos y tantos que hacen la vista gorda ante lo obvio.
Solo el robo de combustibles a Pemex es de tal magnitud que la venta al menudeo a pie de carretera en pueblos polvosos, no podría manejar tales volúmenes, es un elefante sentado en la sala que nadie ve: cuando menos unas cuantas gasolineras deben estar implicadas (el año pasado, la paraestatal reportó sacando pecho de orgullo, que había detectado y cerrado 10,363 tomas clandestinas y que logró la clausura de 70 estaciones de servicio, que “no pudieron probar la compra lícita de lo que vendían”… ¡y quedó en clausura!): no se roban la gasolina y el diesel unos malandrines de sombrero tejano, cinturón piteado, botas punta pa’rriba, para venderlo por litro medio a escondidas, no: es una operación industrial de alto nivel técnico, posible solo por contar con una red de distribución y comercialización al mayoreo. Pero…
Como es muy difícil aceptar sin tapujos la verdad y como no es cosa de llevar la verdad al grado de cinismo colectivo, lo que hacemos en esta tierra de hombres cabales, es echarle “la culpa”, hacer responsable a alguien, a otro, a quien sea y en México es el gobierno el villano designado, culpable de todo: que el maestro no da clases, ¡el gobierno!; que un chamaco fuma marihuana, ¡el gobierno!; que hay basura en la calle, ¡el gobierno!; que por las lluvias torrenciales hubo muertos, ¡el gobierno!; que por los terremotos hay gente sin casa, ¡el gobierno!
Y sí, muchas cosas son responsabilidad del gobierno, pero el gobierno es responsabilidad de todos. Se oye feo, es así. Entre más permisiva es la sociedad, más aflojan los gobernantes. Un ejemplo de algo muy menor, los baches: ¿cuántas veces ha sabido usted que alguna asociación vecinal haya ido a las puertas del contratista que hizo y cobró la pavimentación, a reclamarle la birria de trabajo que hizo?… no señor, solo el gobierno responde (y claro que debe responder), pero el socio particular, el que dio el moche, ese, pando de gusto.
Por eso, ahora toca aguantarle el paso a los morenistas, pues aunque pasados de lanza, ya nos estaban haciendo falta. Ahora, agua y ajo.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Ensalada de Grillos: ¿Nos va ir bien?

Ciro Castillo Nos va ir muy bien, soltó Claudia Sheinbaum Pardo cuando le preguntaron sobre el segundo debate presidencial que se realizará el próximo domingo

La Feria: Le traen Ganas

Sr. López Le traen ganas.Allá a principios del siglo pasado, se casó la abuela Elena a los 13 años de edad, muy a pesar de

Galimatías: Peripecias preparatorianas

Ernesto Gómez Pananá Crecí en Tuxtla, está cada vez más calurosa -y caliente- capital. Eran tiempos de un Tuxtla pequeño y tranquilo, de provincia. Éramos