23 de abril de 2024

La Feria: Cuentos

Sr. López

Una epifanía, un instante de iluminación, reveló a este menda que la causa de algunos, si no es que muchos de los eventos históricos, debe tener su origen en los periodistas, escribidores a sueldo, que ante la ingrata posibilidad de observar en sus personas el proceso y consecuencias del raquitismo por desnutrición en el cuerpo humano adulto, deciden, para no perder su estipendio, escribir de lo que sea, de lo que encuentren a la mano y mandan a la imprenta hechos y dichos de otro modo intrascendentes; negligencia agravada por el hecho muy sabido de que los hombres públicos son más vistos que los privados y que los virtuosos e inteligentes suelen ser los menos, resultando así que no pocas reverendas tonterías reciben trato de profundas reflexiones y algunas torpezas, el de gesta heroica. Debería tipificarse en el Código Penal como ejercicio indebido del periodismo, con presunción de culpabilidad, penado con cárcel… y sin derecho a fianza, para que amarre.

Dígame si no, qué pena merece el reportero que en Munich el 24 de febrero de 1920, sin nada que reportar, seguro de que esa era la vencida y sería despedido, fue a la cervecería Hofbräuhaus a tomar valor antes de enfrentar a su jefe de edición y a la desesperada, decidió hacer la crónica de una ruidosa reunión de beodos de lo más simpática que ahí tenía lugar y una vez superadas las etapas etílicas de la amistad y la fraternidad eternas, sin mariachi a la mano, decidieron fundar el partido nazi. Ése anónimo reportero es el culpable pues si al otro día no sale en el periódico la nota, nadie se entera, Hitler se hubiera conformado con que alguien le fiara para curarse la cruda y ningún ricote hubiera pensado en financiar semejante empresa que costó más de 60 millones de muertos al mundo y a Europa, el peor susto de su historia.

Y qué me dice del reportero de sociales que el 3 de abril de 1917, habiendo llegado tarde a varias fiestas en Petrogrado, Rusia, y sólo por llenar la plana de su responsabilidad, reportó el arribo directo de Alemania de un tal Vladimir Ilich Uliánov, (a) Lenin, quien cándidamente le declaró que regresaba a fundar la Unión Soviética. Sin reporte, no hubiera habido publicación, no masas enardecidas, no URSS y no Gulag; y todos contentos con los zares, cuyos nietos hubieran estado en el Jubileo de Platino de Isabel II en Londres (70 añitos de reina, buena chamba se agarró).

También en nuestra historia se siente la influencia maléfica de reporteros sin nada mejor que hacer. Piense por ejemplo, cómo hubiera sido el siglo XX mexicano si no se hubiera publicado el 5 de octubre de 1910 el Plan de San Luis, en el que Francisco I. Madero ingenuamente invitaba a la nación entera a que el 20 de noviembre se alzara en armas contra Porfirio Díaz, nota pirateada en la Ciudad de México por la prensa local, porque la cándida invitación originalmente se publicó en San Antonio, Texas, que ya era territorio gringo. Nada se hubiera sabido, nada hubiera pasado, don Panchito hubiera languidecido en su hacienda hasta los 90 de edad en lugar de ser asesinado a los 40, por Huerta; Porfirio Díaz hubiera muerto en el cargo no más allá de 1915… y nos hubiéramos ahorrado un millón de muertos y el espantoso Monumento a la Revolución. Y debe usted considerar que para lo que acabó pasando, no se justifica la matazón que a fin de cuentas, 112 años después estamos como en 1910, otra vez con medio país muriéndose de hambre, sin que la tierra sea del que la trabaja, con obreros apergollados, mineros ahogados, políticos acomodados… y el Monumento ahí sigue.

Esta sesuda reflexión la hace su texto servidor por varias razones, una, por la polarización de moda consignada en la inexistente obra ‘La democracia en tiempos de cólera’ (primera edición, 2012; política ficción; autor: Antonio Mario León Ortega, AMLO; editorial Morena; colección El Monólogo Democrático).

La segunda razón es que hay quien se ha tomado a chacota lo dicho ayer por el Presidente de NUESTRO país tras los hechos violentos de los últimos días que han cimbrado al país. Entérese:

“Sin duda están exagerando nuestros adversarios, ya vimos a Reforma, a Dolia, y otros más, esto que hablaba yo. Bueno, sin duda y además hasta salió un comunicado de los organismos empresariales y tú me estás diciendo ahora que en Sonora, se difunde que en Estados Unidos están advirtiendo que no se venga a México por la violencia, está como montado, es propagandístico”.

¡Listo! No es cierto. Es cosa de la prensa. Sí, igualito que sin prensa no hubiera habido Segunda Guerra Mundial ni Revolución Rusa, cuantimenos Revolución Mexicana. ¡Ah, la prensa!

Y mire usted, para confirmar que la prensa influye mucho ahí está la advertencia equivocada del gobierno de los EU a sus ciudadanos, para que no viajen a la mitad del país, a 16 estados. ¿Ya vio?… clarito: como no es cierto y como se publicó en la prensa (en toda la prensa, la impresa, la radiada, la televisada, la de las redes y portales digitales, con videos y fotos, lo que ratifica la falsedad de la información), es algo ‘montado’, es ‘propaganda’ en contra de este gobierno que por humildad no publica su rosario de éxitos en materia de seguridad pública.

Para nuestra mayor tranquilidad el Presidente dijo más: “No hay ningún problema mayor, pero sí quieren agarrar esa bandera de la violencia, ya dije, ya informé de cuántos homicidios hubo el fin de semana (…) Es bastante la propaganda y hay que atajarla, la propaganda negra, las campañas de calumnia, el amarillismo, hay que atajarlo, no dejar que corra (…) Es decirle a la gente: vamos bien, no se dejen manipular, es evidente (…)”.

Confía el del teclado en que usted haga correr esta información presidencial: vamos bien. Por eso la Secretaría de la Defensa Nacional, ayer explicó que los “(…) actos de violencia contra población civil no son terrorismo, sino que es mera propaganda de grupos del crimen”.

A ver si se lo aprende: la verdad es la que nos diga el Presidente, no lo que se ve, eso son cuentos.

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