28 de marzo de 2024

La Feria: Tantita suerte

Sr. López

Tía Tina (Martina, de las de Toluca), cometió el error de contraer nupcias con tío Carlos, hombre adinerado llegando a millonario, que gozaba fama de ser la persona más antipática que ha habitado sobre la faz de la Tierra. No era rudo de trato ni grosero de modos, pero caía mal hasta en foto, así nació. Como podrá usted imaginar, a las celebraciones de los quince años de todas sus hijas (tuvo cuatro), la familia iba nomás a la misa: jamás llegó nadie a la fiesta. Lo mismo sucedió con las bodas: templo, sí; fiesta, nadie. Nada más que tío Carlos, siempre hacía que las celebraciones que organizaba salieran en la sección de sociales del Excelsior (vivían en la Ciudad de México), y en las fotos se veían multitudes. ¿Cómo le hacía?: obligaba a todos sus empleados a asistir. Cada fiesta, una comedia.

Nos hace saber el Instituto Nacional Electoral (INE), que el debate entre los candidatos presidenciales del domingo pasado, fue un verdadero hitazo, con un registro de audiencia de dar envidia al SuperBowl y la entrega de los Óscares, solo superado por el primer debate de su tipo en 1994 (Cuauhtémoc Cárdenas, Ernesto Zedillo y Diego Fernández de Cevallos, cuando salieron casi en estado de buena esperanza los dos primeros por cortesía de don Fernández).

Con esto, renace la fe en el espíritu democrático y los valores cívicos del tenochca estándar. Hay interés en un tema tan crucial como lo es el conocer las intenciones y lo que portan dentro del cráneo, los que aspiran a la presidencia de la república. ¡Así se forjó el acero!

Lorenzo Córdoba, consejero Presidente del INE, exultante, afirmó en una entrevista: “(…) sin duda es un debate que constituye un nuevo punto de referencia”. ¡Olé la gracia!… un nuevo punto de referencia, o sea, un referente, un modelo a seguir. ¡Qué bonito es lo bonito!

Por su lado, Benito Nacif, presidente de la comisión especial de debates del INE, declaró: “(…) fue un esquema exitoso que cumplió con el objetivo de alentar el contraste de ideas”; y no pudo evitar referirse a la dimensión de la audiencia alcanzada en televisión y redes sociales. ¡Ha despertado el espíritu patrio!… ¡Aleluya, aleluya!

Muy bien. Nada más que los números que proporcionó el propio INE son los siguientes: el debate lo vieron 13.73 millones de ciudadanos de cuatro o más años de edad, avezados en estas cuestiones de la política, por lo que lo vieron con más atención que un entomólogo que tiene bajo la lupa una araña que baila rumba. Son datos duros porque los obtuvieron de NielsenIbope, agencia especializada en esto, en la medición de audiencias. A todo dar.

Da más información la NielsenIbope: considerando únicamente a las personas de 18 años en adelante, vieron el debate 11.45 millones de patriotas que (dice la NielsenIbope): “(…) vieron al menos un minuto del programa”. Y se escucha desde el Cielo al Pirulí cantando: “Feeelicidad… hoooy te vueeelvo a encontrar… cuanto tieeempohuiiiste de miii… i…. iií” Les dije: un hitazo.

La lista electoral (los que no solo fueron a tramitar la credencial electoral sino que fueron a recogerla y si quieren pueden votar), son 85’953,712… redondeando: 86 millones, lo que significa que el 13.31% de los mexicanos en edad de ejercer su derecho al voto, vieron ¡al menos un minuto! del debate. Y sigue el Pirulí desde su nubecita: “Hoooy amanece y el Soool… tiene una raaaro esplendor…”

NielsenIbope, sin miedo a provocar una epidemia de infartos por exceso de alegría en pecho, agregó más datos (serénese, no vaya a llorar de la emoción): “(…) el impacto que tuvo el debate de los presidenciables en redes sociales, donde se generaron alrededor de 7 millones de reacciones en total (o sea, el 8.13% del listado de electores)… 4.8 millones de reproducciones en Facebook (el 5.58%); 885 mil visualizaciones en YouTube (el 1.02%); 950 mil espectadores en Twitter (el 1.10%), en donde además, fue ‘trendingtopic’ a escala mundial gracias a las más de 6 millones de interacciones (o sea, en el mundo mundial, llamó la atención a seis millones, de 328 millones de usuarios de Twitter… ¡eso es éxito!, y no los 40 millones de seguidores del tal Trump): los debates nacionales se han cubierto de gloria. Clímax masivo y simultáneo del peladaje.

Esta es la radiografía cívica nacional: vio el debate, al menos un minuto, el 13.31% de los mexicanos simplex. Al menos un minuto, le repito para que le arda.

Hay un reducido sector de risueños habitantes del país al que interesan estas cosas. A la inmensa mayoría les importa un pito, un reverendo y serenado cacahuate.

Sí se imaginaba el del teclado que la mayoría de la gente había visto el debate, así fuera por curiosidad… no, 13 de cada cien de los mayores de 18 años (al menos un minuto)

Nos retroalimentamos de entusiasmo o preocupación entre unos cuantos gatos. La mayoría se abanica con políticos, candidatos y similares.

Las encuestas se hacen con mil o mil 500 ciudadanos.

No vota cerca del 40% de la población (el 36.03% en el año 2000; el 41.45% en el año 2006; y el 36.86% en el 2012)… si es que es cierto el número de boletas usadas que se nos reportan, porque, sabe usted, a veces (a veces), se infla la votación (a menos que usted crea que en algunas zonas rurales vota el 87% de la gente… digo).

Claro que la gente, alguna gente, irá a votar el 1 de julio próximo, pero la verdad es que ni con las encuestas ni con los debates, podemos anticipar ningún resultado. A un número brutal de mexicanos la política y los comicios les importan poco y los procesos electorales son una comedia, por eso las decisiones las toman unos pocos, por eso… y por eso no tenemos realmente ni derecho de quejarnos. Agua y ajo. Y con tantita suerte nos ponen al bueno. Con tantita suerte.

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