25 de abril de 2024

Moridero: La Feria

SR. LÓPEZ

Contaba la abuela Elena que allá por 1908, un tío bisabuelo suyo, tío Tranca, ya pasaditos los 90 de edad (no, no se llamaba así; Jorge era su nombre, pero era muy alto, muy delgado y muy fuerte, ‘La Tranca’ le dijeron siempre), se sintió enfermo y le pareció prudente llamar al carpintero que hacía los ataúdes (sobre pedido pues la mayoría era inhumado envuelto en petate; en el pueblo, irse en caja era toque de distinción, que hasta entre fiambres hay clases). Y lo llamaron.

Fue el carpintero, tomó medidas y se retiró. Luego, tío Tranca dijo a su inminente viuda, tía Nacha, que no quería ni ver al cura (porque era peor que él… y ya era decir), y fuera por el Alcalde que no era mejor pero era su amigo, para dictar su testamento (no había Notario).

Al Alcalde dijo: -Todo a partes iguales entre todos mis hijos. Tía Nacha a un lado de la cama, dijo alarmada: -¿Todos? –y su marido confirmó: -Todos -el Alcalde preguntó: -¿Tierras y ganado? –asintió el agónico. El Alcalde murmuró: -Esto va a acabar mal.

Tío Tranca tenía más tierras de las que se acordaba y ni la menor idea de cuánto ganado pues todo era montuno y no había manera de bajarlo todo, ni corrales dónde ponerlo. Pero ese no era el problema, sino que el caballero, con tía Nacha tuvo 19 hijos entre mujeres y hombres; de dos matrimonios anteriores otros 22; y con señoras misceláneas, repartidas por la región no se sabía cuántos pero le calculaban unos 80.

El Alcalde advirtió: -Tranca, ponte serio, vas a provocar una matazón –pero el viejo repitió: -Todos -sin ganas de necear con un moribundo el Alcalde hizo seña a la tía y salieron de la recámara: -Nacha, que nadie hable con la Tranca; ya muerto te quedas tú con todo y verás qué das y a quién, yo aquí nunca estuve -y así fue.

Seamos serios: no sabemos cuántos contagiados de Covid 19 hay en el país.

En México es muy difícil saber con exacta precisión nada, ¡vaya!, ni el área del país: según el Inegi, son 1’964,375 kilómetros cuadrados (km2), de tierra firme, islas incluidas, más nuestra superficie marítima y la patrimonial, otros 3’149,920 km2, para un total de 5’114,295 km2. Pero según los datos de la Organización de Estados Iberoamericanos, de tierra firme con islas, son 1’953,162 km2 y de mares, 2’926,252 km2, dando una suma de 4’879,414 km2 (234,881 km2 menos).

Tampoco sabemos cuántos somos y no es secreto que cuando llegan los censos, hay algunos gobernadores traviesos que dan sobornos para que se reporte más población, por aquello de que se reciben más participaciones federales si hay más gente. ¡Qué bonita es mi tierra, qué bonita… qué linda es!

Ayer se nos informó de 5,847 de enfermos de Covid 19, más 11,717 casos sospechosos y 449 fallecimientos. Bueno… pero el propio subsecretario López-Gatell, este 8 de abril, reconoció que NO saben con precisión cuántos casos hay y que la información que proporciona el gobierno, ‘son aproximaciones’, lo que se entiende, claro, porque a medio incendio es difícil que dé datos precisos el bombero; sin embargo, sí es de llanto con hipo que haya aclarado que el modelo que utiliza el gobierno (el Centinela), tiene factores de corrección de 10, 20 o hasta 40 veces (a uno no le crea nada, chéquelo en la prensa de ese día). O sea, en vez de 5,847 enfermos pueden ser 58,479… 116,940… 233,880… con tal vez hasta 468,680 sospechosos.

Es tal la insistencia en el uso de la palabra ‘científico’ a la hora de los informes desde Palacio Nacional, que da la impresión de que traen los pelos de la burra en la mano y resulta que no, que es todo al tanteo. No es correcto.

Lo mismo aplica a las instituciones de Salud, empezando por el IMSS. En innumerables ocasiones el año pasado se nos dijo que era falso el desabasto de medicamentos y materiales; ahora con la amenaza de esta pandemia, el Presidente pasó de recomendar estampas religiosas, a alardear que nos iba a hacer los mandados el virus, porque nuestra principal institución de seguridad social era la familia (la que tenga respirador mecánico, se entiende).

Ya con la pandemia a cuestas, se insistió que ‘estábamos preparados’; después de plantones y protestas del cuerpo médico, cambió la cosa: ya se estaban preparando, no faltaría nada (y nos presumieron la llegada de un avión de carga que llegó de China con materiales y equipo… que resultaron ‘patito’, chinos, pues). Luego, la Secretaría de Salud informó que dejó de laborar en hospitales el 30% del cuerpo médico (La Jornada, 6 de abril). Preparadísimos.

Tan están preparándose que hasta el 18 de marzo, el IMSS giró oficio a sus hospitales para saber qué equipo tienen y cuántos respiradores… y el 24 de marzo se nos dijo: hay 5,523 respiradores mecánicos, 2,446 camas de terapia intensiva, aparte de 9,071 de ‘urgencias’. Si ahorita aceptan 5,847 enfermos que pueden ser 58,479, 116,940 ó 233,880, no parece que estemos ni preparaditos…

Pero no dudemos, se están preparando, por eso el IMSS informó a todo pulmón que ya había mandado comprar 2,500 ventiladores mecánicos a la empresa Aeonmed de China mediante un pedido de 93 millones 641 mil dólares, adjudicado directamente a la empresa Levanting Global Servicios LLC S.A. (contrato 208699, del 30 de marzo pasado).

¿Ya ve?, ¡listos!, lástima que la empresa Aenomed haya informado ayer a la agencia de noticias Bloomberg que no tiene contratado nada con Levanting ni con el gobierno mexicano para exportar 2,500 ventiladores para acá. Lástima que Levanting sea proveedor de Pemex y CFE y no de equipos médicos. Lástima que se haya contratado con un intermediario en vez de tratar directamente con la fábrica. Lástima.

Pero ya aclaró el director General del IMSS, Zoé Robledo, que no le ha dado un peso a Levanting, que si cumple y trae equipos decentes, le pagan, si no, no. Y que “entonces no importa si la empresa compró el equipo directamente o a través de otro intermediario”.

Seamos serios don Robledo sí importa. No están preparados y la fuerza se les va por la boca. Ya reaccionen, están en la tablita, ya empezó el moridero.

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