23 de abril de 2024

¡Muy atentos! : La Feria

Cacofonía no es una conversación entre ladrones, sino un altisonante e inarmónico “ruidero” de palabras, hágase de cuenta un desayuno de muchas señoras (muchas en este caso, es más de dos), celebrando el divorcio de una de ellas, felices de que el “tipo ese” quedó en la calle, ésa es cacofonía… bueno, algunos de nuestros políticos y servidores públicos tienen al país en medio de un duelo disonante de palabras, en el que nadie oye a nadie, todos encantados de escucharse a sí mismos, atentos a encuestas de popularidad y “likes” en las redes sociales, sudando alegres en el gimnasio de su narcisismo.
En medio de esta cacofonía, nosotros, los gallardos integrantes del peladaje de a pie, con ojeras panteoneras, sabor a centavo en la boca, la panza pegada al espinazo y volteando de un lado al otro, tratamos de entender algo, contra toda esperanza de que haya alguno que sepa no qué decir, sino qué hacer para enderezar el rumbo de esta barca colectiva, nuestro país, si no se puede rumbo a puerto seguro, cuando menos a aguas menos broncas y con eso tendríamos bastante.
Y no es que entre políticos y funcionarios, no haya personas cultivadas y sensatas, capaces de conversar y argumentar, o caminar masticando chicle sin perder el paso, sino que parecen estar en minoría en estos tiempos de chusma vocinglera y personajes excéntricos incrustados en los estamentos del poder público y algunos partidos políticos, en especial uno, Morena2 (no, no el que usted conoce sino otro, el Movimiento de Revancha Naca, refugio último de algunas víctimas del déficit de ácido fólico durante su gestación), en el que se acuñan novísimas frases célebres:
“Se las metimos doblada”, Paco Taibo II, ‘dixit’, que bien podría sustituir en los recintos legislativos de todo el país la de “La patria es primero”, tan cursi y pasada de moda.
O la que el 13 de noviembre pasado, la diputada morenista, Marisol García Segura, para dirigirse a una opositora, escribió y mostró en un cartel con una sola palabra: ‘Culera’… prodigio de síntesis. Lo bueno fue que don Mier líder de la bancada de Morena, aclaró: “es una expresión normal, natural”. ¡Ah, bueno!
Y en vez del apotegma juarista del derecho ajeno es la paz, la fraterna sugerencia del Noroña a otro diputado en el debate parlamentario del 5 de febrero del año pasado: “Chingas a tu madre”, imagínelo en letras de bronce en el Hemiciclo, bonito.
Todo por no poner atención a la riqueza verbal de su líder moral recopilado por Gabriel Zaid y ya antes mencionado parcialmente por este menda: “Achichincle, alcahuete, arrogante, blanquito, calumniador, camajanes, canallín, chachalaca, cínico, conservador, corruptazo, espurio, farsante, fichita, fifí, gacetillero vendido, hablantín, hampones, hipócritas, ladrón, machuchón, mafiosillo, maiceado, malandrín, malandro, maleante, malhechor, mañoso, mapachada de angora, matraquero, mentirosillo, minoría rapaz, mirona profesional, monarca de moronga azul, mugre, pandilla de rufianes, pelele, perversos, pillo, piltrafa moral, pirrurris, politiquero, ponzoñoso, reaccionario de abolengo, represor, riquín, señoritingo, sepulcro blanqueado, simulador, siniestro, tapadera, títere, traficante de influencias, traidorzuelo, vulgar, zopilote”… ¡ah!, si usara su creatividad en los asuntos nacionales.
Igual, queda claro, el descontón, la descalificación, el ninguneo, el desprecio por los que no piensan como ustedes no exigen vulgaridad, damas y caballeros, y por favor tomen muy en cuenta que se pronuncia cualquiera de estos refinados descalificativos anteponiendo la frase: ‘con todo respeto’, eso sí; y en tratándose de los delincuentes organizados, autores de 106 mil 674 asesinatos, en estos primeros tres años de gobierno del Demóstenes nacional, solo una frase está bien vista, para no desentonar: ‘abrazos no balazos’, que están transformando al país, no se les olvide.
Y se sugiere a los integrantes de esa claque de Morena2, ponerse listos en casos como la acertada advertencia del senador Ricardo Monreal (de Morena, ese sí, con todas las neuronas conectadas y debidamente coordinadas con la lengua), quien el domingo pasado en entrevista al Reforma, advirtió que de seguirse el camino de los radicales “(…) no va a quedar país para nadie; el aniquilamiento solo deja destrucción”, afirmación que prueba la historia y cuyo caso paradigmático es la Revolución Francesa derrotada por sus propios integrantes radicales que implantaron el Régimen del Terror cuyo logro mayor fue incubar la derrota del régimen que habían impuesto, dando paso al golpe de Estado y posterior imperio de Napoleón y después la vuelta de los borbones con el Rey Luis XVIII, chulada de victoria, ahogada en su propio triunfo.
Pero deben seguir el consejo de Cri Cri y estar muy atentos: que el Presidente con la gracia de un capotazo retrechero (retrechero, ‘que con artificios disimulados y mañosos trata de eludir la confesión de la verdad o el cumplimiento de lo debido’, dice el diccionario de la Academia), haya intentado dar la vuelta al contenido negativo de su confesado radicalismo, declarando al día siguiente: “Somos radicales (…) queremos arrancar de raíz al régimen corrupto de injusticias y privilegios. Claro que somos radicales”…
¡Atentos!, no se trata de que brinquen de inmediato como hizo doña Sheinbaum, declarando como niña de Primaria quedando bien con el maestro: “Hay que ser radicales contra la corrupción y los privilegios”… no, no es por ahí, así se hablan entre ustedes, mientras todos los tenochcas simplex entendimos clarito a qué se refirió don Ricardo: a los exaltados que ignoran que un triunfo electoral por contundente que sea, no autoriza, en democracia, a aniquilar a nadie. Para eso se hacen revoluciones, se mata gente y si se triunfa, bueno, a disfrutar las mieles del poder (el PRI llegó a tiro limpio y se echó 70 años sin soltar la ubre), pero si no se triunfa, entonces, al paredón, la mazmorra y el basurero de la historia (el olvido, pues). ¡Muy atentos!

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La Feria: Perder el país

Sr. LópezContaba la abuela Elena que allá a principios del siglo pasado, en Autlán, una prima suya, Lucrecia, se puso necia en casarse con un