18 de marzo de 2024

No presumir: La Feria

SR. LÓPEZ

A tío Juan de Dios en los juzgados le decían Juan del Diablo, pues era una leyenda haciendo charamuscas con la ley para ganar los asuntos que su distinguida clientela le pagaba tan generosamente, sabiendo que chueco o derecho, los sacaba inocentes lo fueran o no (aunque la verdad, habitualmente eran culpables y por ello, sus preferidos porque ‘entre más culpables, mejor pagan’, decía). Sin embargo, a pesar de sus habilidades, en su casa nunca ganó una a su esposa, tía Chela (Marcela), quien de alguna manera, nomás viéndolo sabía si debía ponerse en pie de guerra: -Ni abras la boca, Juan, ¡te conozco! –y sin aclarar la razón ni declarar sentencia, el tío quedaba impedido de ocupar su sitio habitual en el lecho conyugal, a veces una noche o dos, pero también un mes, siempre merecidamente, todo hay que decirlo. Ya muy viejito él, este menda le preguntó porque se sometía a esos sumarios juicios sin cargo y sentencia arbitraria, y explicó con sonrisa traviesa: -Si tu tía hubiera sabido las que yo hacía, me hubiera echado de la casa, no de la recámara, así que me salía barato -¡caray!

Ignora el del teclado si en otros lares los gobiernos sean como los que acá disfrutamos, pero de que no nos enteramos de todas las que hacen, eso, seguro. Lo que también es cierto es que con lo poco que llega a salir a la luz suele ser suficiente para cortar el bostezo a un hipopótamo, espantar a Iván el Terrible o escandalizar a Idi Amin, el Calígula africano.

Otra cosa interesante de la que se ignora si México tiene derechos de autor, es la lluvia de noticias distractoras, sobre asuntos ocasionalmente de la menor trascendencia (como el estado que guardan las nalgas de la señora Guzmán, ya en el olvido, por cierto), y también de la mayor relevancia… del pasado, ese tiempo que no se puede corregir (caso de estudio: Genaro García Luna, cuyas travesuras lejos de impedirse y castigarse durante los largos años que tuvo la sartén por el mango, ahora que se papalotean en los EUA, acá son motivo de gallardas declaraciones de altos funcionarios… impúdicos, ninguno, durante 19 años, abrió el pico… sí, 19, incluyendo este primero de la 4T, en el que nadie se atrevió a levantar esa sábana tan embarrada); sin olvidar las venganzas políticas disfrazadas de casos judiciales (tarea para el lunes: Elba Esther Gordillo, ya declarada inocente y con sus bienes recuperados; Chayito Robles, en proceso, el amargo proceso de satisfacer los apetitos de la perversa versión nacional de la diosa Némesis).

Ahora mismo, nuestra clase política celebra como un triunfo la firma del T-MEC el miércoles pasado, 11 de diciembre de 2019 (ya firmado desde el 30 de noviembre de 2018), sin que ningún aguafiestas se atreva a insinuar que se reabrió lo negociado y se cambió al gusto y exigencias del partido demócrata yanqui, ni muchísimo menos a mencionar que los legisladores mexicanos que se apresuraron a festejar esta victoria… no sabían hasta ayer de qué va la cosa, porque apenas están traduciéndolo del inglés al español (o sea, ya es de nacos que los tratados se firmen en los idiomas de los firmantes). ¡Alabado sea el Señor!

Y en esa tendencia que cobija el disimulo, hasta el Presidente de la república le entró al ‘sketch’ de la comedia de pastelazos titulada: ‘La Revolución’, cuadro de un Zapata que no es Zapata pero que parece Zapata montando caballo con erección, muy ‘gay’ (aquí acomode usted la palabra que grita al portero al despejar un balón, la porra de los elegantes tenochcas aficionados al futbol); tema de tantísima importancia para el destino nacional, atendido por una Secretaria del gabinete y por todos los medios de comunicación en nombre de la libertad artística y los derechos (a don Benito se le fue la frase: entre los individuos como entre las naciones, el respeto al ‘gay’ ajeno es la paz… bonito).

¡Ah! y como todos los años: ¡el 12 de diciembre!, las ‘mañanitas’ a la Morenita del Tepeyac, cantadas (y transmitidas por Televisa), con la habitual cifra de peregrinos increíble, imposible de comprobar (este año: 9.8 millones de fieles en 12 días; 816 mil diarios… ¡milagro!).

Pero, todo abona a mantener bajo la alfombra que la 4T se encuentra embarrancada y con la caja de velocidades trabada: crecimiento cero; inseguridad a la alza; desempleo creciente (25% de retroceso, el peor desempeño desde la terrible crisis de 2008); adjudicación directa, a dedo, por los chones de la Oficial Mayor de Hacienda, del 74% de los contratos y pedidos federales; combate a la corrupción sin resultados, aparte de la amnistía otorgada a la mafia del poder (Chayito no cuenta, no friegue); migración: línea más dura que nunca; seguridad: nada de regresar a los militares a los cuarteles, Guardia Nacional, militarización formal y la tasa de homicidios más alta que nunca; libertad de expresión, plena, claro que sí, pero el Presidente advierte a los reporteros “deben portarse bien” o “si ustedes se pasan pues ya saben lo que sucede”… pues sí, algo saben (sigue siendo deporte cazar reporteros).

Y en esta diarrea de éxitos y victorias, dominados por la impronta de un gobierno que ya corrigió el rumbo nacional, el New York Times nos hace saber que ven a AMLO como ‘el monstruo que no existe’, porque lo ven (sin tomarse en serio su discurso), como un neoliberal radical, con presupuestos ajustados a los mandatos más rigurosos del FMI.

Y con discreción extrema, nadie analiza el presupuesto para el año que viene, con una disminución del 16% a la refinería de Dos Bocas y al Tren Maya del 51%, ni que la IATA informó antier que no existen los estudios para saber si es viable el aeropuerto de Santa Lucía y que no se terminan para el 2022, año en que se promete tener terminada y funcionando la primera etapa de tan importante proyecto anti Texcoco.

Pero… calma. Ayer en su mañanera, nuestro Presidente, sereno y sensato, declaró: “¿A poco está más mal la Presidencia ahora de como estaba antes? ¡Por lo menos estamos iguales, para no presumir!”… sí para no presumir.

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