23 de abril de 2024

¿Qué pueden hacer las geoceldas?

En el campo tecnológico fue el microchip, para la globalización fue el internet; y la revolución en el ámbito de la ingeniería y la construcción la dieron los materiales geosintéticos.

La estabilización se suelos inestables, ahora conocidos como superficies de baja capacidad portante, ha sido una necesidad desde los tiempos del Antiguo Egipto, cuando rellenaban los suelos con algodón, madera y otros materiales para lograr su estabilización.

Pronto descubrieron que está solución no era viable en el tiempo debido a lo que hoy conocemos como biodegradación. Tenían la idea correcta, pero el material necesario para minimizar el movimiento del suelo molecularmente no sería inventado sino hasta mediados del siglo XX, unos 3000 y tantos años después.

Los geosintéticos, pero específicamente las geoceldas, están diseñados para dar estabilidad a los suelos. Son redes de considerable espesor cuyos patrones forman celdas que retienen los materiales, dando rigidez a una estructura que puede estar formada por tierra o arena. Para resistir la degradación típica de los suelos (rayos UV, temperaturas extremas, acción del agua, hongos y bacterias), son elaboradas con aleaciones poliméricas que soportan eso, además de la tensión y la acción gravitatoria prolongada.

Construcción de muros de contención

El sistema de confinamiento celular bajo el que funcionan las geoceldas fue llevado a otro nivel cuando comenzaron utilizarse como complemento para el armado de muros de contención.

Su funcionamiento es simple, al apilar geoceldas rellenas se obtiene una estructura compacta que puede ser formada por material local, abaratando costos de maquinaria y traslado de materiales.

Tal y como en los muros de contención convencionales, se recomienda una construcción segmentada o escalonada, la cual distribuye eficientemente las fuerzas a lo largo y ancho de la estructura.

Un elemento agregado que permiten las geoceldas al ser utilizadas frente al hormigón, es que los orificios en las paredes celulares facilitan el enraizamiento. La construcción segmentada exige que una o dos filas de celdas queden hacia el exterior de la estructura, en las cuales se puede sembrar material vegetal. Las geoceldas también ayudan a distribuir el agua de manera más eficiente, pues la filtración a través de los orificios y el material es pareja.

Relleno de superficies transitables

La vialidad es uno de los grandes problemas de la ingeniería que encuentra en las geoceldas una solución a la medida.

Superficies transitables no pavimentadas, normalmente en locaciones rurales o cercanas a la playa, tiene dificultades en mantener la estructura de los suelos debido a la acción de la sedimentación.

Las geoceldas pueden utilizarse para dar estabilidad celular y contribuir con una mejor distribución de cargas en suelos de arena, tierra roja y grava. La elasticidad de las paredes celulares permite la distribución de cargas a lo largo de toda la celda y el confinamiento evita que el material salga expedido hacia los laterales tras el paso de los neumáticos.

Con superficies pavimentadas son incluso más útiles. Antes de agregar la capa de pavimentación, especialmente de asfalto, muchas superficies requieren de cantidades sustanciales de relleno para su estabilización.

En este sentido, las geoceldas proveen la rigidez necesaria con solo una capa de este material, facilitando la labor de excavación y de asfaltado. Esta tecnología de ingeniería vial geocell es especialmente efectiva cuando su aleación polimérica es Neoloy ®, diseñada para resistencia a largo plazo y para durar hasta 75 años de resistencia de calor bajo el pavimento manteniendo su elasticidad en menos del 3%, así la estructura quedará intacta.

Estabilización de tierras inclinadas

Las laderas son espacios aprovechables, especialmente en terrenos de siembra. El gran problema de los terrenos de siembra inclinados es que en cualquier momento puede haber arrastre del suelo desde los niveles superiores.

Sedimentación y acción gravitatoria son las principales causas. Para evitar esto, los especialistas recomiendan la instalación de un sistema que permita una mejor distribución de las cargas del suelo; así que las geocelgas son perfectas para ello.

Como se mencionó con anterioridad, confinamiento celular y los orificios es las paredes celulares permiten la contención del material vegetal y su enraizamiento, pero además facilitan las laboras de distribución de la siembra.

Los sistemas de riego pueden ser incorporados a las geoceldas, de manera que estas se aprovechen para distribuir el líquido de manera equitativa en las plantas, evitando la acumulación de líquidos en la parte inferior del terreno.

Las geoceldas son una verdadera revolución de la ingeniería. Muchos gobiernos y organizaciones mundiales promueven su utilización pues facilitan la sostenibilidad de diversas maneras y además son duraderas. Uno de sus grandes peros es el costo, pero la verdad es que la relación matemática de su duración y calidad acaba por ser más beneficiosa pensando en los costos a mediano y largo plazo.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *