23 de abril de 2024

¡Qué solos se quedan los muertos! : La Feria

Sr. López

Nadie le hacía caso a tío Lucho (ramal materno-toluqueño del criadero de este menda), y se lo merecía porque su especialidad era hablar sin pensar, sin saber y equivocándose mucho. Igual podía decir que el pretendiente de una de las primas era “muy buen muchacho” y resultaba ser un crápula que hubiera espantado al Marqués de Sade, que metía las manos al fuego por un defraudador profesional, o desprestigiaba a un médico orgullo de Hipócrates y Galeno. No era tonto, hablaba a lo tonto y sin asumir responsabilidad ninguna por sus dichos. El que tenía fama de tonto era tío Tino, que le creía todo.
Oxímoron, según el diccionario es la combinación, en una misma estructura sintáctica, de dos palabras o expresiones de significado opuesto que originan un nuevo sentido, como en ‘un silencio atronador’.
Esto anota un triunfo lingüístico a la presente administración federal que ha logrado crear un nuevo oxímoron: ‘la lógica presidencial’, tan opuesto lo uno a lo otro como ‘el helado fuego de su mirada’, ‘su horrible belleza’… ‘la lógica presidencial’. Una verdadera volada de barda. ¡Que se oiga esa banda!
Bueno, en ‘la lógica presidencial’, Europa lidia con la guerra en Ucrania y a la vez, conspira contra un gobierno legalmente establecido en otro continente, el suyo de él, a fin de darle un golpe de Estado.
Sí, para el Presidente de la república, la Resolución del Parlamento Europeo del 10 de marzo pasado urgiendo a nuestras autoridades a “garantizar la protección y la creación de un entorno seguro para periodistas y defensores de los derechos humanos, cuya situación empeoró en el gobierno de López Obrador”, no es sino hacerle el juego al grupo golpista que conspira contra a él y contra su gobierno que en el caso de él, son lo mismo, igual que patria, nación y pueblo, todo es él. Fifís, absténganse, las grandes verdades nacionales son definidas por el magisterio de la iglesia única y verdadera de la Cuarta Transformación en voz de su supremo pontífice que ‘ex cathedra’ -sentado en La Silla o parado tras el atril de la mañanera-, es infalible en materia de dogmas oficiales, moral republicana y costumbres legales, para que se lo sepan.
A las buenas conciencias disgustó la respuesta que nuestro Presidente mandó a los parlamentarios europeos, no tanto por considerarla impropia de un Jefe de Estado, sino por haber sido acompañada ya en dos madrugadoras, de sonoras trompetillas con aromas que permiten sospechar la emisión simultánea de fétidas flatulencias muy merecidas por esos extranjeros enemigos de la verdadera fe de Palacio.
¿De verdad creen que se trata de una metida de pata presidencial?, no damas y caballeros, no, nuestro Presidente las contesta de aire, las agarra al vuelo, no se le va una, con dinero y sin dinero hace siempre lo que quiere y su palabra es la ley (aplican restricciones, con 200 pesos en la cartera, también hace siempre lo que le pega la gana, como ha hecho diario los últimos 1,199 días, los que lleva trepado en la presidencia).
Cuando ya era obvia la ineficacia de su discurso y la repetición de sus agresivas frases de huida, para neutralizar-eliminar los escándalos de la casa gris de uno de sus hijos; lo de Julio Scherer, su exconsejero jurídico -según él, su ‘hermano’-, investigado por actos de corrupción, extorsión, lavado de dinero y tráfico de influencias; cuando las ilegales grabaciones de impíos telefonazos de su fiscal Alejandro Gertz Manero, manoseando asuntos que decidirá la Suprema Corte… cuando ya no sentía lo duro sino lo tupido, el Parlamento Europeo entró al rescate.
Tal vez sin necesidad de razonarlo, por su olfato y su instinto políticos, redactó una lépera respuesta al Parlamento Europeo dirigida realmente al honorable peladaje nacional pues, él sabe, unos lo respaldarían como nuevo Pípila que se acerca a incendiar el portón de la alhóndiga europea, y otros, los que siempre lo critican, se le irían al cuello, sí, pero dejando en segundo plano los escándalos que están aflojando los cimientos de su Cuarta Transformación, libre de toda corrupción, impoluta, más casta que la casta Susana que al lado de él y su gobierno, es peor que la Rompecatres o la Tumbahombres.
Y sí. La atención publicada se distrae. Los columnistas más rumbosos analizan sus exabruptos contra los parlamentarios europeos. Los caricaturistas se dan vuelo. Y él respira, necesitaba el minuto de descanso entre rounds, pero volverá al ring con las cejas abiertas y la boca como taco de surtida con salsa roja.
Se conforma el Presidente con atenuar el vendaval de aquí al 10 de abril, fecha en la que se ha de celebrar la consulta de revocación de mandato, que él espera sea una inmensa victoria de ratificación de mandato, sin ningún efecto distinto a lo que se determinó cuando fue elegido Presidente, para el periodo del 1 de diciembre de 2018 al 30 de septiembre de 2024, sí, pero va a sentir bonito.
Tanto batalló para llegar a Palacio Nacional que no le bastaba una elección nacional en la que arrasó. No, una no es bastante, dos está mejor y eso espera que suceda, como sucederá pues no de balde ha movilizado a sus huestes, servidores de la nación (siervos de él, pero no lo ande contando), a los funcionarios federales y a su movimiento que no partido, Morena. Y está bien, todo necesitamos en México menos dar inicio a las turbulencias propias de andar quitando presidentes (Perú en cuatro años lleva cinco, imagínese).
Otra cosa es que ya se va a enterar conforme se aproxime el proceso electoral del 2024, que volverán los oscuros buitres en el balcón de Palacio sus nidos a colgar, esos buitres de los escándalos, la corrupción de sus más cercanos, los fracasos de sus obras más queridas. No falta tanto, este año y otro más, a fines del 2023 la caldera política va a estar reventando.
Y entonces, solo entonces, va a descubrir que sí, que nuestro régimen legal asegura la muerte política de los expresidentes que sollozan siempre muy triste: ¡Qué solos se quedan los muertos!

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