RICARDO AGUILAR
La iniciativa de Reforma al sistema de pensiones además de ser una demanda añeja de la clase trabajadora es una excelente noticia en momentos donde el sector laboral ha sido fuertemente vapuleado por la presencia del COVID_19 en nuestro país.
Se estima que a la fecha se han perdido alrededor de 2 millones de empleos formales en México por la pandemia, particularmente en el rubro de las pequeñas y medianas empresas que son las que generan la mayor cantidad de empleos.
En ese sentido, la propuesta que ha sido impulsada por los sectores empresariales durante tiempo atrás y que recientemente ha sido presentada por el Gobierno Federal se ha convertido en un punto de convergencia entre ambos sectores que políticamente han tenido un distanciamiento evidente.
¿A qué se debe esta conciliación? Básicamente a que al mejorar las condiciones laborales mejora la situación económica nacional, lo que a futuro permitirá una mayor competitividad y derrama económica, sobre todo cuando hablamos de un decrecimiento económico a niveles no visto en tiempos recientes.
Para lograr lo anterior, la reforma que de aprobarse entraría en vigor en 2021, se fundamenta básicamente en tres ejes: que la aportación total para el retiro crezca del 6.5% al 15% del salario; reducción de 1,250 a 750 semanas el requisito para obtener una pensión garantizada; e incrementar el valor de la pensión un 40% respecto a su último salario recibido antes del retiro.
Sin duda, excelentes noticias para la clase trabajadora por este tema que, desde ahora es papel del Congreso analizar. De ser aprobada por el órgano legislativo, estaríamos hablando de una nueva etapa en el sistema de pensiones y el entorno laboral nacional, al reivindicarse los derechos de millones de trabajadores que por años ha sido victimas de desempleo, despidos injustificados, salarios deteriorados y la informalidad.
De esta manera vale la pena reconocer el esfuerzo de los sectores gubernamental y empresarial al establecer puntos de confluencia que contribuyan a la modernización del entorno señalado.
Con la iniciativa para la reforma de Pensiones que tenía casi 23 años de estar intacta- y la recién aprobada Reforma Laboral, los trabajadores mexicanos se encuentran en los albores de un ambiente más democrático, donde no solo se respeten sus derechos en activo, sino que también tengan la capacidad de enfrentar juicios laborales justos, inmediatos, pero sobre todo en un ambiente de conciliación, y no de pleito y ajuste de cuentas como se ha acostumbrado.
Este nuevo contexto contribuirá también a mejorar las habilidades y las condiciones de una plantilla laboral que ya se encuentra inmersa en el nuevo contexto comercial recién establecido con Estados Unidos y Canadá en el Tratado Comercial entre esos países.
REFLEXIONES
¿Qué pasa con los trabajadores del Apartado A del Artículo 123 Constitucional?
La Reforma a la Ley del ISSSTE de 2007 crea el Fondo Nacional de Pensiones de los Trabajadores al Servicio del Estado (PENSIONISSSTE), órgano desconcentrado del ISSSTE sin fines de lucro que busca invertir y administrar el régimen de cuentas individuales.
A pesar de que la institución se ha administrado con respeto, existen pendientes como la solvencia de los fondos del ISSSTE.
Debemos, como trabajadores de la educación, estar atentos a la situación y mejoramiento de nuestras pensiones, pues la calidad y cantidad de compañeros que cotizamos, somos importantes para las finanzas de la institución.
Son buenas noticias pues para los compañeros del Apartado A, pero los que estamos en el Apartado B, debemos exigir en todo caso tener un sistema de pensiones similar al ofrecido por el gobierno federal en los últimos días, pues sin duda es una mejora para las condiciones de vida de un sector importante de los trabajadores de México.
Estamos seguros que este reclamo será escuchado por un gobierno sensible como el que tenemos.
