23 de abril de 2024

¡Yo no fui!: La Feria

SR.LÓPEZ

Tío Martín (lado materno-toluqueño), se casó con tía Martina (en serio), señora veracruzana, estupenda morena de fuego, y muy simpática. Tío Martín era un señor modelo 1940, quien consideraba que sus obligaciones matrimoniales eran solo dos: proveer el sustento de su casa y la semilla de la que nacieron sus cinco hijos (tres nenas, dos varones); todo lo demás era responsabilidad de su esposa. Una vez uno de los niños se fracturó un brazo en el recreo de la escuela: -“¡Es tu responsabilidad!” -sentenció furioso el tío; otra, una de las niñas reprobó año: -“¡Es tu responsabilidad!” –repitió muy ofendido; pero la gota que derramó el vaso fue cuando su hija mayor, la niña de sus ojos, de 17 añitos, solterita, resultó más embarazada de lo socialmente aceptable y la tía al decírselo, advirtió: -… y no me digas que es mi responsabilidad porque te dejo –se lo dijo, lo dejó (hasta le aguantó de más).

A ver, a ver: no es secreto que el crimen organizado talla extra grande que padecemos, no puede florecer sin la complicidad de particulares y funcionarios públicos… ¿toda la gente?, no, claro que no; ¿todos los funcionarios?, no, por supuesto no todos.

Respecto de las drogas, es imposible la siembra, cosecha, preparación, fabricación, distribución y comercialización de su bárbaro volumen sin copartícipes y colaboradores. Pensar que es posible realizar semejante actividad en el más absoluto secreto, es como creer que es posible producir y vender pan Bimbo clandestinamente: simplemente es imposible. La sola cadena productiva es inmensa, la de distribución, más. Y luego, hay que lavar la enorme cantidad de dinero en efectivo que produce.

Entre usted en escala, por favor (cifras de 2016, de la Rand Corporation): solo en los EUA había ese año, 2.3 millones de consumidores de cocaína; de heroína, otros 2.3 millones; metanfetaminas, 3.2 millones; y marihuana, 22.8 millones de macizos (25% legales, 75% a las calladas), para un total de 30 millones 600 mil residentes de la ‘tierra de los libres’, que no pueden ir por la vida sin una ayudadita. Ese mercado mueve anualmente, arriba de 150 mil millones de dólares.

Y no evitemos mencionar por obvio, que pareciera que para la autoridad yanqui solo hubiera narcos latinoamericanos, que es a los que prefiere corretear, sin que a la fecha se sepa el nombre de un Chapo yanqui y debe haberlo, pues no es menor el volumen de drogas que se producen dentro de los EUA; pero sin considerar eso, tomando en cuenta solo lo que importan: ¿quién distribuye allá?… ¿cómo llega a las manos de cada consumidor el producto que demandan?… son -repito para que se le grave-, 30 millones 600 mil aspiradores, arponeros, soñadores, lánguidos y motorolos, a los que alguien les hace entrega puntual de lo que se meten, inyectan, embarran o queman.

Sin duda: aquí, en los EUA y en cualquier otro país en que el narcotráfico sea endémico, hay personas comunes y servidores públicos involucrados, unos por bandidos, otros por terror a no cooperar con quienes hacen valer sus propuestas matando esposas, hijos, parentela y al final, al que no le entró. No es cosa de pensar que todos los cómplices están pandos de gusto… a ver, piense en un gerente bancario que obviamente se da cuenta que anda en algo raro el gañán sombrerudo, botas punta pa’rriba, que hace depósitos semanales en efectivo por millones de pesos: ¿no le abre la cuenta?, ¿no le recibe el dinero?, ¿lo denuncia?: ¡ni loco!, a menos que no le moleste recibir en pedacitos a sus hijos, papás, hermanos, esposa y suegra (sí, ellas incluidas).

Ahora bien, en el fétido caso del Genaro García Luna, resulta que ‘analistas’ citados por la prensa nacional el viernes pasado, sostienen que los expresidentes Fox, Calderón y Peña Nieto, salen bailando inevitablemente, en ese cuadro y que el gobierno actual está obligado a ponerlos en la picota por obvia complicidad. Pues no.

¿Por qué no?, porque entonces habría que considerar cómplices obligados a otros que no solo no sospecharon de él sino que lo cargaron de honores y condecoraciones; por ejemplo, el FBI (Reconocimiento por las investigaciones y arrestos de fugitivos, 2004); la DEA (reconocimiento por su valiosa colaboración ¡en la lucha contra el narcotráfico!, 2005); la International Association of Law Enforcement Intelligence Analysts, Capítulo México (Premio al Servicio Profesional 2004, por su ‘extraordinario soporte y reconocimiento a la función de análisis de inteligencia”); el Gobierno de España (condecoración de la Orden del Mérito Policial, 2001); la Policía Nacional de Ecuador (Medalla Insignia Policía Nacional por su valioso cooperación con la Policía Nacional, 2005); la Interpol, en la 74 Asamblea General, Berlín, Alemania (distintivo de plata de la Secretaria General, 2005); el presidente de la República de Colombia, Juan Manuel Santos (Medalla al Mérito categoría Excepcional, por su destacada labor en el combate al narcotráfico trasnacional, 2011).

DEA, FBI, España, Ecuador, Colombia, Interpol, etc.: todos cómplices… pues no, obviamente no. Y muy difícilmente un Presidente de México anda en esas danzas, ¿sabe por qué?, porque vuelan mucho más alto, mandan y disponen a su antojo de un presupuesto robustísimo y también de la casa que imprime el dinero (no se espante): el Titular del Ejecutivo federal mexicano no anda en negocios de callejón. No serán santos, pero no es lo mismo una trotacalles de barrio bajo que una amante de Luis XIV, serán güilas las dos, pero hay clases.

Sí resulta de risa (y pena), que durante tantos años, incluido el primero de la 4T, no se haya procedido a investigar al tal García, pues tantos rumores y señalamientos daban para cuando menos, revisarle los fondillos. Sí resulta de risa (y pena), que ahora, a toda velocidad, se le abra carpeta de investigación, se hable de congelar sus cuentas bancarias y de despedir a todos sus colaboradores, lo que apesta a juicio sumario sin causa abierta, sin oírlos un juez, ni nada. Aquí el juego es ¡yo no fui!

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