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Tras 17 años de esperar en el pabellón de la muerte, el mexicano Abel Revill Ochoa fue ejecutado mediante inyección letal, en Dallas, Texas.
El nacido en Durango, de 27 años de edad, fue sentenciado a morir desde 2003, tras matar bajo el influjo de la cocaína a cinco integrantes de su familia un cuatro de agosto, un año antes.
La ejecución sucedida poco antes de las 19 horas en la prisión de Huntsville, hora de México, se realizó con la llamada inyección letal y las últimas palabras del mexicano habrían sido para pedir perdón por el daño causado a los familiares de las víctimas.
Los recursos de apelación de la defensa del condenado, originario de Durango, han sido rechazados por el poder judicial local y federal, había informado Excélsior, previo a esta ejecución.
(Foto: Excélsior)